Aranda de Duero
Digan lo que digan, Aranda de Duero es uno de esos lugares en los que hay que tener guía. Su generosa oferta de bares y restaurantes demuestra que hay vida más allá de lechazo y el cordero. Estamos en un pueblo que históricamente ha tenido que luchar contra la carretera N-I y una arquitectura poco respetuosa con lo sencillo. La exposición de las Edades del Hombre nos puede ayudar a recuperar algo de su patrimonio más cercano.
Celia Górriz
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